“Nunca seré como los otros, no podré ver como ellos, ya nada será igual. Brota en mi una fuente distinta, y era eso lo que despertaba dentro, encadenándome, el misterio que envuelve mi destino.
Ya no se si en el fondo de todo bien o todo mal, yo volveré a ser lo que una vez fui.”
Muchos fueron los que osaron señalarnos con el dedo, desterradas de nuestra propia tierra, fuimos en busca de un lugar mejor, y ahora que lo hemos encontrado, quieren cruzarse por delante como si nada.
Caímos tras la maldición siendo inocentes, condenadas, expuestas a la locura que nace de nuestro interior.
La luna es nuestra revelación, la única que consigue dominar esta forma, y dejar ver nuestra fachada más oculta. Para la gente solo somos monstruos, como si de un demonio se tratase.
Brota en nuestra sangre el instinto, somos cazadoras imparables…monstruos en la noche, y por eso los simples humanos, han puesto precio a nuestras cabezas.
Decidimos encontrarnos…y empezamos a actuar. Nuestro olfato es extraordinario y nuestra vista esta perfectamente agudizada.
En las noches que cae la luna llena se hace el fenómeno, se escucha el latido acelerado de nuestros corazones, los músculos se tensan, los colmillos se convierten en nuestra mejor arma…ágiles para saltar, hábiles para cazar, fuertes para matar, teme por tu vida si sentimos el miedo.
Sin dudarlo podéis llamarnos licántropos, aunque nosotras nos consideremos lobas de mar.
Ya no se si en el fondo de todo bien o todo mal, yo volveré a ser lo que una vez fui.”
Muchos fueron los que osaron señalarnos con el dedo, desterradas de nuestra propia tierra, fuimos en busca de un lugar mejor, y ahora que lo hemos encontrado, quieren cruzarse por delante como si nada.
Caímos tras la maldición siendo inocentes, condenadas, expuestas a la locura que nace de nuestro interior.
La luna es nuestra revelación, la única que consigue dominar esta forma, y dejar ver nuestra fachada más oculta. Para la gente solo somos monstruos, como si de un demonio se tratase.
Brota en nuestra sangre el instinto, somos cazadoras imparables…monstruos en la noche, y por eso los simples humanos, han puesto precio a nuestras cabezas.
Decidimos encontrarnos…y empezamos a actuar. Nuestro olfato es extraordinario y nuestra vista esta perfectamente agudizada.
En las noches que cae la luna llena se hace el fenómeno, se escucha el latido acelerado de nuestros corazones, los músculos se tensan, los colmillos se convierten en nuestra mejor arma…ágiles para saltar, hábiles para cazar, fuertes para matar, teme por tu vida si sentimos el miedo.
Sin dudarlo podéis llamarnos licántropos, aunque nosotras nos consideremos lobas de mar.
